Cristal y el Laberinto Virtual
Cristal se despertó con una sensación de vértigo y confusión. La luz del sol virtual se filtraba a través de las hojas de los árboles digitales y jugueteaba sobre su piel, que se sentía sorprendentemente real al tacto. Un suave aroma a hierba recién cortada y el lejano canto de aves llenaban el aire. Por un momento se olvidó de la peligrosa realidad de su situación: estaba atrapada en un juego de realidad virtual del que no podía salir.
A su lado, una figura se materializaba poco a poco, tomando la forma de una chica con alas etéreas y una aura que irradiaba una calma sobrenatural. Era Ámbar, la chica con el título de semiángel que había logrado captar la atención de Cristal justo antes de su desmayo.
"¿Estás bien?" preguntó Ámbar extendiendo su mano para ayudar a Cristal a levantarse.
Cristal asintió, aún avergonzada por haber perdido el conocimiento en su primer encuentro. "Sí, lo siento, no sé qué me pasó."
"No te preocupes, es normal. La sobrecarga de información y la adaptación al juego pueden ser abrumadoras. Además, tu nivel es... impresionante," dijo Ámbar con una mirada llena de curiosidad y asombro.
Cristal miró su propio avatar, recordando el título que había recibido al ingresar al mundo de Soul: "Diosa Poderosa Suprema". Aún no comprendía cómo había obtenido tal rango, ni cuáles eran las habilidades que le confería. Decidió ocultar su título para no atraer atención indeseada.
"¿Mi nivel?" Cristal fingió ignorancia. "¿Qué tiene de especial?"
Ámbar parecía querer decir algo más, pero en su lugar, se limitó a sonreír. "Nada, olvídalo. Lo importante ahora es sobrevivir y encontrar una manera de salir de aquí."
Ambas se pusieron en pie y se dirigieron hacia el punto de inicio, donde otros jugadores se congregaban. El creador del juego, una entidad omnipresente y omnisciente dentro de este mundo digital, les había explicado las reglas: tendrían que completar misiones, derrotar enemigos y destruir mazmorras para poder salir del juego. Pero el riesgo era mortal; cualquier intento de desconexión por parte de alguien en el mundo real resultaría en la muerte del jugador.
Cristal escuchó todo esto con una creciente determinación. Aunque le preocupaba la posibilidad de sentir dolor y otras sensaciones humanas en el juego, estaba agradecida por vivir sola; no tenía que preocuparse de que alguien intentara desconectarla.
Cristal y Ámbar se aventuraron en el vasto mundo de Soul, enfrentándose a criaturas fantásticas y explorando paisajes asombrosos. Cristal comenzó a descubrir poco a poco las habilidades y poderes que su alto nivel le otorgaba, y Ámbar resultó ser una compañera valiosa, con conocimientos sobre las distintas razas y un instinto protector.
A medida que avanzaban en su viaje, la relación entre ambas se profundizaba, convirtiéndose en una amistad inquebrantable. Juntas, se enfrentaron a desafíos que las llevaron a los límites de sus capacidades y, en el proceso, descubrieron que la clave para salir del juego podría estar en su propia conexión y en los secretos que Soul aún tenía por revelar.